Girondo postergado
Se sentó en el suelo, justo en el ángulo entre la pared y la cama, apoyó su cabeza en las rodillas y empezó a llorar. Un llanto girondino, "llorar improvisando/ de memoria / llorar todo el insomnio y todo el día". Lloró un día, dos, tres, hasta quedarse dormida.
Cuando despertó ya no tenía lágrimas, ni siquiera le quedaban ojos.
Cerró todas las puertas, se aseguró de no dejarle resquicio al llanto y continuó.
Cada tanto se descubría las mejillas mojadas, escuchando una canción, leyendo, observando el mundo, pero eran sus ojos los que derramaban, ella nunca volvió a llorar, nunca por ella.
Un día volvió a sentirse como hacía 28 años. Recordaba cómo era, sabía que se sentaría un día, dos, tres, hasta quedarse dormida, y luego continuaría, esta vez asegurando mejor cada candando.
Se quedó sentada en el borde del sillón, esperando llorar, pero su hijo tenía hambre. Contuvo la respiración y le dijo "ya voy".
Recordaba cómo era, pero ya no podía ser, ya era una adulta responsable. Fue a trabajar fumándose las lágrimas, un atado, dos, tres. Habló, sonrió, nada en ella sugería llanto.
Volvió, esperó que su hijo se durmiera y se acostó a llorar. Pero estaba agotada y se durmió.
Despertó antes que amaneciera, encendió un cigarrillo y se preparó un café. Miró la hora, le quedaban casi cinco horas antes de tener que ocuparse de algo o alguien, no sería un día o dos, pero al menos podría llorar cinco horas.
Sus ojos ya estaban inundados cuando se dio cuenta que aún estaba en la cocina, su hijo podría despertar y descubrirla. Los secó con la mano, hastiada, apuró el café y se fue a su dormitorio, allí estaría segura. Pero sonó el teléfono, del otro lado la voz angustiada de una amiga le contó que acababa de separarse de su pareja, y pasó las siguientes cinco horas escuchando llorar.
"Tenés cara rara" le dijo su hijo al levantarse. "Me duele una muela" respondió ella.
Preparó el desayuno, lavó ropa y se vistió para ir a trabajar. Antes de salir buscó su agenda y apretando los labios escribió para el viernes: llorar a las 22 hs.