martes, 16 de mayo de 2006

Una Marcha

Se había quedado sin cigarrillos. Fue hasta el kiosco de la esquina y pidió un par de atados. "¿No te enteraste?" le dijo alarmado el kiosquero "están prohibidos desde ayer, tomá pero no vayas a decir nada", y le extendió una bolsita para caramelos con los atados de cigarrillos adentro. Se puso a atender a otro cliente con gesto evasivo, por lo tanto decidió averiguar por sí misma de qué se trataba. No había leído ni escuchado ninguna noticia ese día, pero esa información le resultó tan absurda que no le dio mayor importancia, sería una extraña noción de broma de su kiosquero.
Encendió uno mientras volvía a su casa y desde un auto le gritaron "apagalo, kamikaze". En cuanto llegó tomó el diario, un gran titular informaba: "Acuerdo en 68 países. La prohibición del tabaco ya es Ley". No podía creerlo, encendió el televisor y la PC, entró en varias sitios periodísticos y lo supo. En las sombras y sin previo aviso 68 países habían acordado lanzar su ofensiva antitabaco al unísono. "Millones de trabajadores en la calle a partir de la prohibición" decían aquellos que se atrevían a rebelarse. "Marcha mundial por la libertad" convocaban otros desde la web. "Por la libertad de elección sobre nuestros cuerpos", decían otros.
Quedó aturdida ante la brutal embestida, y por supuesto, iría a la Marcha.
Recorrió unos cuantos negocios conocidos con la intención de proveerse de la mayor cantidad de atados antes de que pasaran al mercado negro, pero sólo consiguió unos pocos, pagándolos diez veces más que su valor original.
Las noticias comenzaron a llegar desde el amanecer: 17 muertos en enfrentamientos con la policía en la Marcha en París, 9 en Londres, 14 en Nueva York, 43 en Río y la lista seguía. Los 68 países habían acordado también reprimir las manifestaciones en forma brutal, tenían la intención de desanimar cualquier intento de oposición.
Se preparó para ir a la Plaza, al eje de la convocatoria. Tenía miedo, un recuento superficial indicaba decenas muertos y cientos de heridos en las Marchas en todo el mundo, pero no iba a quedarse en su casa, no dejaría que la avasallen de ese modo.
La Plaza estaba llena, se veían aquí y allá banderas de partidos políticos, pero eran los menos, casi todos sólo elevaban sus cigarrillos encendidos. La represión no tardó demasiado, primero gases lacrimógenos, hidrantes, balas de goma. Luego los caballos y las balas de acero.
La precaución de haber llevado limón para protegerse de los gases de nada sirvió ante el descontrol y las corridas entre quienes huían, quienes enfrentaban, y los represores. Algo golpeó su espalda haciéndola caer. Intentó levantarse, pero sus piernas no respondieron, recién entonces sintió el dolor. Alguien la levantó y la sacó de allí, nunca supo quién.
Despertó lentamente, tratando de comprender dónde estaba. Un médico sin demasiada sensibilidad le informó que habían extraído la bala pero se había quebrado su columna y quedaría paralizada desde la cintura.
Aún no comprendía lo que estaba pasando, sólo deseaba fumar, tranquilizarse y pensar. Ayer había ido a comprar cigarrillos, estaba apurada ya que debía entregar un trabajo antes del fin de semana.
En la puerta de la habitación vio dos hombres con uniforme policial. Miró interrogante al médico. "Es que estabas en la Marcha, y andabas con los puchos en el bolsillo, te tienen que detener cuando tengas el alta".
Volvió a mirar hacia esa puerta detrás de la cual charlaban y se reían quienes le quitarían su última libertad. Uno de ellos la miró, dio una larga pitada a su cigarrillo y sonrió.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

no fumo, y estaria a favor que en algunos lugares publicos en los cuales este todo cerrado no haya invasion de humo..pero lo que redactas es tan insolito como real,..en muchas situaciones de la vida pasan estas cosas, y es muy injusto.
un abrazo nena!

1+ dijo...

Escalofriante y muy verosímil, o mejor dicho: escalofriante POR verosímil.
Besos a ambas.

Cinzcéu dijo...

¿Solamente 68 países? Deben ser los civilizados, democráticos y libres... de humo.

Anónimo dijo...

Yo sí suelo fumar aunque no exageradamente.. la historia me pareció impactante, de verdad.
Un beso grande y feliz día;)

Anónimo dijo...

Muy bueno, me encanto!

Chiru dijo...

me encantó! muy futurista.. y por qué no verdad?

Amarah dijo...

Tamu: es verdad que debería haber lugares donde quien no quiere oler humo pudiera estar sin que eso signifique que quienes queremos hacerlo nos veamos cada día más limitados. Se trata de libertades.
1+: lamentablemente tenés razón, es verosímil.
Cinzcéu: sí, 68, hice la cuenta de los que "nos cuidan".
Azzura: gracias, ¿el "feliz día" es porque se festeja por allí el Día de la madre? Si no me equivoco era por estos días, aquí en Argentina no, es en octubre, pero gracias de todos modos, cualquier día es bueno para ser feliz.
Virginia: muchas gracias.
Chirusa: ¿será muy futurista? parece que no falta mucho...
besos a todos