jueves, 6 de julio de 2006

¿Nunca es triste la verdad?

En pura asociación libre el post de Maun me recordó a Ezequiel. Tenía ocho años, estaba en 2do grado, inteligente, alegre, afectivo, con la capacidad de distracción más grande que haya conocido.
Una mañana me miró serio y dijo: "hoy estoy triste porque se murió mi papá". Me sorprendió muchísimo, nadie me había dicho nada, lo cual no es normal, ya que se tiene plena conciencia dentro del ámbito escolar de que esos alumnos requieren una especial contención de la que sus maestros no pueden estar ajenos.
Cuando me puse en comunicación con su mamá ella quedó tan sorprendida como yo. El padre de Ezequiel no había muerto, hacía casi tres años le había dicho que volvería a buscarlo para llevarlo al Zoológico ese fin de semana, y nunca había regresado. Se había separado de la madre cuando Ezequiel tenía tres años, y en los dos siguientes, antes de alejarse definitivamente, apenas lo había visitado un par de veces, en el Día del padre y en su cumpleaños (del padre, no de Ezequiel). Luego simplemente no volvió.
Su mamá le preguntó por qué había dicho algo así, y él respondió con su lógica acostumbrada "es lo mismo, no sabemos si está vivo o muerto". Detrás de esa lógica estaba lo que él no iba a decir, y seguramente no sabía, que es preferible un padre muerto que uno que no te quiere. Ezequiel decidió matar a su papá, era mucho menos doloroso que reconocer el abandono, la falta de amor y la culpa por no haber logrado que su padre lo quisiera (aunque no tuviese ninguna).
Después crecemos, y obviamente no deseamos la muerte de nadie, y mucho menos de alguien querido. Pero algo de ese niño que prefiere enfrentar la muerte al desamor sobrevive.
Empezamos a "matar" gente que amamos con una muerte que no es muerte, pero es tan ajena y tenemos tan poco control como sobre ella.
Una pareja se quiebra, y la culpa la tiene un otro/a que interfirió, aunque sabemos que en una pareja sólo existe un compromiso entre dos y nadie puede interferir si uno de los dos no lo permite, es mejor que sea un otro el culpable, no el desamor. Un hermano, un amigo, que se aleja, no responde, nunca está disponible para nosotros, es por sus responsabilidades, mucho trabajo, compromisos, nunca es desinterés. Un hijo que ni recuerda llamar por teléfono el día del cumpleaños de alguno de sus padres es muy chico, o muy adolescente, o muy ocupado, o muy distraído, nunca es desconsideración. Y en el peor de los casos no sólo preferimos que estén "muertos" sino ser el asesino, no supimos hacer que nos quieran, no supimos mantener una relación.
Demasiadas veces preferimos decir que hoy estamos tristes porque papá murió a enfrentar una realidad tan simple como que no hay amor, y que no haya culpables.

8 comentarios:

Chiru dijo...

es increible a veces la capacidad que tenemos para acomodar la realidad de manera que nos duela menos... lo de este chico, me mató (valga la metáfora)...

Cinzcéu dijo...

Lo que no tiene es remedio...

Amarah dijo...

Chirusa: es una de nuestras mayores capacidades. Lo de Ezequiel a mí también me mató.
Maun: no sé si lo de Ezequiel habrá sido valentía o pura supervivencia.
Cinzcéu: eso decía, la verdad no tiene remedio, la mentira sí.
Besos a todos.

Alex dijo...

Este post me duele en el alma porque aunque parezca paradójico, preferiría que mi sobrinito diga eso algún día a que sea testigo de la relación enferma que tiene su madre (mi hermana)con el padre (que no lo quiso reconocer) y que se traslada con toda su carga de malestar, complicación y desamparo a su propia relación, que por cierto es de vez en cuando.
A veces cuesta sostener vínculos, sobre todo si nos hacen mal. Como ya dijeron, no es que sea triste la verdad, es que no tiene remedio.

ALCON dijo...

Hola!

Sin duda todos tenemos altibajos en la vida.

Un abrazo.

Silvia Sue dijo...

Me impresionó este post. Me pasó algo idéntico con mi hijo más chico.
Patricio tiene 7 años, y ya hace un año que no ve a su abuela materna. Pasa que yo estoy distanciada de mi mamá por graves problemas familiares, y si bien nunca le prohibí a ella que se acercara a mis chicos (tengo dos), ocurre que con esto de la pelea ni ella viene más ni yo voy más tampoco, y obviamente, dudo muchísimo del afecto genuino de mi madre por sus nietos.
Patricio, no hace mucho, charlando no me acuerdo de qué, me dijo "Lo que pasa, mami, es que tu mamá está muerta". Yo le dije que no, que no estaba muerta, pero que vive en otra ciudad, y por eso hace mucho que no la vemos.
Y él siguió insistiendo con que "la abuela está muerta".

Amarah dijo...

Alex: quizás decir algo así sea una forma de empezar a resolverlo, y mucho más se complica cuando la madre (o alguno de la relación) aunque sea inconcientemente traslada también su frustración y su carga al otro.
Alcon: sin duda.
Silvia Sue: hay algo de sabiduría en esa forma infantil de preservar afectos. Ojalá lo superen, ambos.
besos a todos.

Anónimo dijo...

LEI EL RELATO DEL NIÑO QUE PERDIO A SU PADRE. YO PERDI A MI ULTIMO AMOR, DIGO MI ULTIMO AMOR PORQUE PASARON MAS DE SIETE AÑOS Y NO LOGRE ENAMORARME DE NUEVO Y YA PASE LOS CINCUENTA.
EN REALIDAD NO LO PERDI, PEOR AUN, COMO EL ME DIJO, LO NUESTRO NI EMPEZÓ. PERO ANTE TANTO DOLOR, YO LO INVENTÉ, COMO DICE LA CANCION DE LUIS MIGUEL: SI NO EXISTIERAS YO TE INVENTARÍA.
ASI ESCRIBI UN LIBRO DE POEMAS Y CUENTOS PARA QUEDE LEGITIMADO EN LO ESCRITO QUE EL EXISTIÓ. Y LO TENGO EN MI MEMORIA Y MI CORAZÓN TAL CUAL LO VEO, NO TAL CUAL ES, PORQUE NO PUDE CONOCERLO, APENAS LO VI DOS VECES UN RATITO. Y NO QUERIA DIALOGAR CONMIGO, ME REHUÍA, ME ECHABA TODO EL TIEMPO, PORQUE NO TENIA TIEMPO, ME DECIA, Y CON ESO DEL TIEMPO ME SUGERÍA QUE YO NO PERDIERA EL TIEMPO.
AHORA ME ACOMPAÑA EN LOS MOMENTOS DIFICILES, LE AGRADEZCO CUANDO ME VA BIEN EN LA VIDA, Y LE PIDO SU INTERVENCIÓN CUANDO ME VA MAL. MANÁ LO DICE, CUANDO CANTA:ERES MI RELIGIÓN. TAMBIEN BORGES LEGITIMA LO QUE SIENTO CUANDO DICE: SOLO LO QUE SE HA IDO NOS PERTENECE...
ESA ES MI MANERA DE CAMPEAR EL DOLOR DE LA NOSTALGIA DE AÑORAR LO QUE NUNCA JAMÁS SUCEDIÓ(SABINA),
CARIÑOS PARA TODOS