sábado, 17 de junio de 2006

Somos los mejores

Competir no es humano, es vital. La vida se sostiene con la competencia, todo ser vivo compite por alimento, procreación, hábitat. Los humanos sólo lo perfeccionamos, intelectualizamos y socializamos.
Competimos con nuestros hermanos, nuestros amigos, desde los juegos infantiles hasta la discusión académica. Tener la razón, ser más lindo, más inteligente, más ingenioso, más humilde, más comprensivo, llegar primero, vamos construyéndonos con triunfos y derrotas, pura competitividad contra otros, contra el mundo, contra nosotros mismos.
En algún momento empezamos a tener conciencia de grupos de pertenencia, competimos entre nosotros dentro del grupo y el grupo compite con el resto del mundo. Entonces empezamos a delegar, otros deben ganar en nuestro nombre, y, a veces, nos toca ganar por otros. El juego, la discusión, la relación, pasan a segundo plano, sólo como objeto de triunfo o derrota.
Ganar construye confianza y deseos de seguir compitiendo, perder construye una mirada sobre nosotros mismos que no es la nuestra sino la de otro. Nada es seguro, vivir implica ir ganando, o perdiendo.
Cuando triunfo o derrota comienzan a tener más valor que aquello que estaba en juego creamos alianzas, trampas, confianzas y traiciones, perder nos hunde en la impotencia y el temor, o en buscar culpables, culpa de otro o nuestra. Nunca es sólo ese juego, ese momento, siempre somos nosotros, nos ganamos o perdemos.
Cuando es otro quien debe triunfar por nosotros, por nuestro grupo, no hay piedad ni perdón, el fracaso no es opción. No nos jugamos la nacionalidad, la familia o el equipo, nos jugamos nosotros. Canalizamos los fracasos personales en triunfos grupales.
Porque competir es una relación dejamos de ver el triunfo como la optimización de algo propio y se convierte en superioridad sobre otro. Entonces 6 a 0 no es "jugaron bien", es "los reventamos", porque el parámetro es la derrota del contrario.
Seguiremos compitiendo porque está en nuestra naturaleza, con una bandera, un nombre, un color, una creencia, un trabajo, una pareja, porque infinitas veces dejamos de ser quien somos, de jugar el juego que jugamos y sólo somos el lugar que ocupamos en la tabla.

6 comentarios:

Cinzcéu dijo...

No sé si estoy de acuerdo con que competir sea vital... y ¡mi post es mucho mejor que el tuyo! Jajaja. Ahora en serio: excelente reflexión.

Gaby dijo...

Excelente post! Creo que la competencia es parte natural de nuestra existencia. Sólo que tendríamos que llegar a un punto razonable y no, al delirio por ganar. Está buena la competencia como una forma de mejorar-nos.
Saludos!

ALCON dijo...

Hola!

Estoy de acuerdo, la finalidad es triunfar y en una competencia sana.

Un abrazo-

Anónimo dijo...

La competencia a veces se transforma en el todo... es cuando se pierde la perspectiva de lo que somos, de quiénes somos y qué queremos.
Competencias laborales o deportivas, son todas carreras donde no siempre gana el que llega primero... es todo cuestión de perspectivas.
Lindo post

Dosto dijo...

Me parece que un poco de competencia es sano y es productivo, ahora creo que no es algo absoluto. Competir esta bueno, pero poner al exito por encima de todo me parece un exceso. Tambien la vida se nutre de pequeños fracasos. Si solo importacen los que tienen exito el mundo sería muy chiquito.
Muy buen blog.
Lo de mujeres con sombrero es por la cancion de Silvio???
Saludos!!

Amarah dijo...

Cinzcéu: tus post siempre son mejores que los míos, pero te juego a ver quién comenta mejor.
Gaby: es cierto, pero cuando el ganar se convierte en todo lo razonable pasa a ser sólo lo que permita ese triunfo, y así estamos.
Alcon: si la finalidad es triunfar ¿qué pasa con los que siempre pierden?
El mejor hobby: gracias, siempre es bueno no sentirse sola.
Maun: yo jamás compito en nada, soy la menos competidora del mundo.
Paterna: sí, a eso apuntaba, se pierden perspectivas, o se usan otras. Como dicen por ahí, la traición es sólo un punto de vista.
Dosto: saber crecer y aprender de los fracasos sin dejar que nos hundan suele ser más importante, pero casi siempre se nos educa para ganar, no para saber perder. De todos modos, el parámetro sigue siendo la competencia.
Sí, el nombre del blog es por el Óleo de mujer con sombrero de Silvio.
Gracias a todos, y besos.