martes, 28 de febrero de 2006

Manos de gitana

Hace algunos años en la fiesta de cumpleaños de una amiga alguien dejó caer el comentario: "Amarah tiene ascendencia gitana". Como ninguno de los presentes había llevado a sus niños no se preocuparon (imagino que algunos habrán escondido rápidamente sus anillos, pero lo hicieron con disimulo).
De inmediato llegó la pregunta inevitable: "¿sabés leer las manos?". "Depende de en qué idioma estén escritas" respondí con la esperanza de que olviden la idea. Pero fue imposible, nada atrae más que imaginar algún acceso a lo oculto, al futuro, a otros. Nadie cree, pero nadie deja de leer el horóscopo.
"Dale, leémela" me dijo una chica de unos 25 años mientras ponía su mano a 5 cm de mis ojos. De inmediato leí en esa mano un peligro inminente: o se la "leía" o no tendría paz en el resto de la noche.
"Te sentís insegura ante una decisión que debés tomar" le dije seriamente mientras le quitaba de la palma algunas miguitas de torta que me impedían el conocimiento. "Siiiiii" respondió fascinada "¿cómo me va a ir?". "La decisión que tomes será la más acertada" continué. Para entonces ya se había formado un círculo de gente que limpiaba sus manos en espera.
"Alguien que querés no te comprende", "si te arriesgás vas a tener cambios importantes en tu vida", "pasaste por momentos difíciles", "alguien te traicionó", "no le decís la verdad a alguien", "querés hacer cambios en tu vida pero te asustan", "alguien que conocés está en una difícil situación y podés ayudarlo"... Cada una de mis lecturas recibió una seria aprobación, en algunos casos se retiraron con expresión de profunda introspectiva.
Al fin me cansé de decir obviedades y me fui a tomar aire. Meses después encontré a mi amiga, la del cumpleaños, y me contó que todos habían quedado impresionados por "lo acertado" de mis lecturas. Ninguno pareció darse cuenta que cada palabra que dije cuadraba casi para todos.
La única lectura que pude hacer de esas manos fue que los lugares comunes de la humanidad aún parecen ser esotéricos para una mayoría.

jueves, 23 de febrero de 2006

El otro, el mismo

1964
I

Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
ni los lentos jardines. Ya no hay una
luna que no sea espejo del pasado,

cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
que acercaba el amor. Hoy sólo tienes
la fiel memoria y los desiertos días.

Nadie pierde (repites vanamente)
sino lo que no tiene y no ha tenido
nunca, pero no basta ser valiente

para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
y te puede matar una guitarra.

II

Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
un instante cualquiera es más profundo
y diverso que el mar. La vida es corta

y aunque las horas son tan largas, una
oscura maravilla nos acecha,
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha
que nos libra del sol y de la luna

y del amor. La dicha que me diste
y me quitaste debe ser borrada;
lo que era todo tiene que ser nada.

Sólo que me queda el goce de estar triste,
esa vana costumbre que me inclina
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.

Jorge Luis Borges, 1964

jueves, 16 de febrero de 2006

5to "C"

"No sabés cómo me duele la cabeza" le dijo ella después de cenar. "¿Querés una aspirina?" ofreció él amablemente. "No, gracias, ya tomé, es que hoy tuve un día infernal" respondió mientras se desvestía para acostarse. "¿Qué pasó?" preguntó él obligadamente, ya desde la cama. Comenzó a contarle mientras él respondía con algún monosílabo cada tanto que indicase que escuchaba, o al menos que aún estaba despierto. Un par de frases hechas, lugares comunes, alguna pregunta cuya respuesta era obvia.
Ella apuró el final del relato comprendiendo su desinterés, y preguntó lo que él esperaba: "¿Y vos, qué tal te fue? ¿ya arreglaste las fechas?" De inmediato él revivió, demostró su capacidad para elaborar larguísimas frases, su elocuencia. Ella lo escuchó atentamente, preguntó algo aprovechando los instantes en los que él tomaba aire, y vio como esas preguntas le abrían a la historia nuevos caminos. En realidad no le interesaba lo que le estaba contando, pero le importaba él, por lo tanto le interesaba todo aquello que a él le importase.
Largo rato después, cuando ya se había enterado de todo su día y sus opiniones, cuando él hizo un momento de silencio, comentó: "Saqué las entradas, justo lo encontré a Darío, el del 5to 'C', me invitó a tomar un café y charlamos", él la interrumpió con un "ahhh ¿las conseguiste?". "Sí" dijo ella "las tengo en el bolso... te decía que me encontré con Darío, el del 5to 'C', tomamos un café, te mandó saludos". "Gracias, mandale saludos si volvés a verlo" dijo él apagándose. "Es posible, me dijo que si alguna vez tenía ganas de charlar ya sé dónde vive". De repente él recordó que era tarde y mañana tenía que madrugar. La besó con un "hasta mañana".
Ella lo vio dormirse, miró la hora, aún no eran las 11, pero sabía que hasta el día siguiente no volvería a verlo.
Se levantó despacio, se vistió, tuvo unos instantes de indecisión, luego salió. Subió dos pisos por la escalera, recorrió lentamente el pasillo y se detuvo. Encendió un cigarrillo y oprimió el timbre del 5to 'C'.

martes, 14 de febrero de 2006

La oveja negra



Día de los enamorados... enamorados de qué???

Ok, ok!! Convengamos que es lindo el amor, darlo y recibirlo, pero también convengamos que en el 90% de los casos, uno se enamora de alguien que no nos corresponde, es improbable que la/el elegido por nuestro corazón nos haya elegido antes, durante o después, ya sea porque están enamorados de alguien ya, o están enamorados de ellos/ellas mismos/as, o no le interesamos; o sea que nos queda solo un 10% probable. No es demasiado pero algo es algo, si a eso le restamos los que esperan un día “de los enamorados” para decirnos o hacer lo que estuvimos esperando ya hace 364 días....y no hablo de copias hollywoodenses de demostraciones de amor, casi que nos quedan las cuentas en rojo. Es por eso que creo que la mayoría que anda hoy enviando tarjetas, flores o lo que sea, sólo forma parte de un escenario montado y que repite la obra una vez al año, u ovejitas blancas como yo les llamo.
Me niego rotundamente a ser parte de esta confabulación puramente comercial, y sé que no soy la única oveja negra del rebaño.

sábado, 11 de febrero de 2006

Mentiras y verdades

Ella dejó el lápiz sobre la mesa y comenzó a pensar en lo que había sentido durante el último tiempo, no era la primera vez que se distraía de su trabajo habitual con esos pensamientos, no supo claramente porqué había llegado a ese punto en el que reconocía la mentira a simple vista, mientras que antes sólo era una duda molesta que se entrometía justo cuando menos la necesitaba.
Sin embargo ahora, allí estaba en todo su esplendor, expuesta y seductora... Siempre pensó que no necesitaría de ella, y que la reconocería fácilmente si se acercaba, sin embargo fue dejando que la mentira la envuelva, ocupe sus espacios, tanto que pasó a ser la protagonista de su vida y ella pasó a un segundo plano.
Todo funcionó más o menos bien mientras la mentira era tomada por verdad, mientras esas mentiras verdaderas alcanzaban para darle motivos hasta para seguir respirando; pero claro, por más que se haya empecinado en mantenerlas vivas y verdaderas, de a poco iban mostrando su identidad.
No supo qué hacer, buscó nuevas mentiras para no quedarse sin nada pero ya no le alcanzaban, la verdad iba ganando terreno. Ella no quería verdades, dolorosas, sinceras, híbridas, que la amenazaban con descubrir que allí se terminaba el camino, quería más mentiras, que la acompañen y la protejan. Se puso su abrigo y salió, sin saber hacia dónde pero con una meta clara, enfrentar a la verdad con su mayor mentira.

viernes, 10 de febrero de 2006

Porque sí

¿Por qué habrá quienes preguntan por qué o para qué un blog? Nadie le preguntaría a un músico por qué toca, o a un pintor para qué pinta. Por eso nosotras no nos preguntamos nada, sólo lo hacemos.
No tenemos idea del por qué, para qué o para quién. Ni siquiera sabemos qué diremos. Lo que tengamos ganas, lo que pensemos, lo que quizás siempre tuvimos ganas de decir y no lo hicimos. Cada una a su manera, con su estilo, con sus ganas. Cada una bajo el ala del sombrero que la cubre, la protege y la identifica. Quizás dentro de un tiempo tengamos algunas respuestas, pero no hoy. Hoy sólo decimos: "Hola, éste es nuestro blog. Bienvenidos"
Amarah y Maun.