miércoles, 29 de marzo de 2006

Juegos de azar

- Buenos días, hablo con la señora M.?
- Sí, buenos días.
- La llamo de la empresa Lotería del sur, SKL, la conoce?
- Sí, sí.
- Es la que tiene un programa de TV.
- Sé de qué se trata, sí.
- Bueno, la llamo para darle a usted la oportunidad de hacerse millonaria, señora M.
- Ehhh???
- Es muy sencillo, se lo aseguro.
- Lo agradezco, pero no estoy interesada (Estaría dejando pasar mi oportunidad?, será que yo me convertiría en millonaria a través de un llamado telefónico??....pensé)
- No está interesada en ser millonaria señora M.??
- No, no estoy interesada en juegos de azar.
- Usted no puede no estar interesada, sin saber por lo menos de lo que se trata.
- Y seguramente usted me lo va a informar no es cierto?, bueno, le ahorro su tiempo, ya que no tengo interés.
- Es que...cómo puede alguien no estar interesado en ganar dinero?
- Yo no he dicho eso, mi dinero lo gano yo misma de la manera que yo creo conveniente.
- Pero, Señora M., esta es una oportunidad que no se les presenta a todos.
- Imagino que no, seremos los elegidos que aparecen en la lista de llamados que le corresponde hacer hoy. (Se notaba que yo estaba perdiendo la paciencia).
- Creo que usted menosprecia mi trabajo señora M.
- No fue esa mi intención, señorita, pero permítame darle un consejo. Está usted interesada en juegos de azar?
- Sí, por supuesto.
- Pues, cuando termine su horario de trabajo, con el que usted gana su dinero, pida a algún compañero de trabajo que la llame y le ofrezca hacerse millonaria con lotería del sur, eso le evitaría tener que hacer estos llamados, que por lo que veo la ponen de muy mal humor.
- Bueno señora, como usted quiera, le deseo buenos días.
- Gracias, igualmente a usted.

Corté pensando en cuanta gente cree o deja todo en manos del azar, que ni pelea ni intenta algo por sus propios medios, que espera ese “llamado” que cambiará su vida y se queda esperando aunque no llegue nunca. No estoy en desacuerdo con quienes juegan, justamente si lo toman como un juego, a veces se convierte en una forma de vida y allí es donde se pone peligroso el tema. Sí estoy en desacuerdo con esos llamados que menosprecian la capacidad de decisión de uno, y lo obligan a creer que todo nuestro futuro está en manos de ese llamado.

viernes, 24 de marzo de 2006

30 años


Miles siguen aún desaparecidos, Nietos aún no fueron recuperados, los asesinos gozan de libertad o "prisión" de privilegio, muchos de ellos ocupan cargos dentro del aparato estatal.
Hoy se cumplen 30 años de algo que comenzó a gestarse mucho antes, y que no terminó con la caída de la dictadura. Hoy todos lo recuerdan, ojalá lo hayan recordado ayer, y mañana.
El olvido no tiene perdón, el perdón es inadmisible.
Amarah y Maun

sábado, 18 de marzo de 2006

Los unos y los otros

Hace una semana recibí un mail. Elimino mecánicamente todo lo que me llega con remitente desconocido, pero como en su Asunto aparecía el nombre de alguien conocido, lo leí. Era una estupidez que me "informaba" que soy una "cornuda" y me pedía amablemente que deje en "libertad de acción" a dicha persona. Más allá de que me resultó sumamente interesante enterarme de que mi pareja me engaña, sobre todo ante el hecho de que no tengo pareja, tuve una crisis de paranoia.
Era la segunda vez en mi vida que recibía algo así, y si bien pasaron ya algunos años desde aquella primera, y sé que no se trata de la misma persona ni de la misma circunstancia, o quizás justamente por saber eso, me pregunté qué será lo que hago para atraer a esa clase de gente.
Le conté y mostré el mail a un par de amigas, y me ayudaron a salir de mi paranoia, pero me dejaron en un lugar más incierto. Ambas coincidieron en una frase: "no te preocupes, son cosas que se hacen, son bastante comunes".
"Son cosas que se hacen" supone una cierta aceptación o al menos resignación.
Hace un par de días recibí otro mail. Este formaba parte de una cadena de difusión de las amenazas recibidas por Abuelas, la organización creada por las abuelas para recuperar a esos niños (sus nietos) nacidos en el cautiverio de sus padres y apropiados durante la dictadura militar. Muchas de esas amenazas les llegan por via mail.
Obviamente no voy a comparar la gravedad de ambos hechos, de una estupidez de alguien sin nada mejor que hacer y de un hecho políticamente preocupante, pero no pude evitar ver la similitud en la metodología. ¿Qué los diferencia? el objetivo. Pero no el método.
Hace algunas décadas se hacía un llamado telefónico anónimo, ahora con los identificadores de llamados eso se complica, pero siempre que un medio se trunca, aparece otro. Ahora existen los celulares y los mails.
En un caso hay alguien que se toma el trabajo de crear una cuenta de correo (porque dudo que usen la personal) para mandarle a alguien alguna forma de intimidación privada, en otro hay una organización detrás que hace lo mismo en una intimidación pública. Pero lo que debe tener una persona para enviar ese mail privado es lo mismo en su base que lo que debe tener el que lo envía a las Abuelas, aunque me juego a que si esa persona lee ésto saltaría indignada diciendo que no es así, que no es comparable.
No será comparable lo que cada uno busca, no lo será la trascendencia de hincharle los ovarios a una persona en particular o agredir a una organización como la de las Abuelas, con todo lo que representan. No lo será en que la cobardía de unos seguramente no los lleva más allá del mail mientras que la de otros tiene una escalada que nunca culmina en algo bueno. No lo será en que mientras unos deben apelar al "buchoneo" o la "sugerencia" con tal de lograr su objetivo, pero sin amenaza (ya que no tienen con qué amenazar) los otros lo hacen, porque son capaces de extremos. No lo será en que mientras unos buscan "sacar del camino" a alguien que presumiblemente los molesta y muchas veces lo logran, otros buscan silenciar a quienes luchan por algo justo para imponer su control, y por suerte no lo logran. No lo será en que mientras unos ponen en evidencia una miseria privada, íntima, que sólo afecta a quien los "molesta" otros lo hacen exponiendo la peor miseria social, pública, que afecta a miles. No lo será en que mientras uno es un acto privado el otro es político.
Pero allí en lo profundo, en donde nace lo que lleva a unos y otros a no respetar, no hay diferencia.

domingo, 12 de marzo de 2006

No te quiero

Cuántas veces hemos dicho "te quiero“, cuántas veces lo hemos sentido, cuántas lo hemos callado. Se presume que es la palabra mágica, siempre esperada por los que quieren, casi siempre fácil de decir. Es probable que cuando lo sentimos realmente, ya lo hayamos dicho antes, adelantándonos a nosotros mismos. Casi por costumbre decimos querer a todo ser que se nos cruza y nos cae bien...o cumple con nuestras expectativas, “es mi peluquero y lo re quiero!!”, “qué lindo tu post, te quiero mucho”. Siento que se usa de una manera liviana, que se abusa y maltrata no sólo la palabra sino el sentimiento en sí.
Casi no dudamos cuando lo decimos, en general creemos estar seguros de sentirlo y con derecho a decirlo a quien creamos que se lo merece.
Cuantas veces, también, estamos esperando que nos lo digan, y además, claro, pretendemos que sea sentido y llegamos en algunos casos a modificar la realidad, nuestra realidad, de tal manera que se amolde y quepa perfectamente en ese sentimiento que creemos nos es dado. Nos apropiamos de esas palabras y montamos el escenario perfecto a nuestras expectativas... así avanzamos en un intercambio de te quieros, con o sin consecuencias.
Decir “no te quiero” se hace más difícil, no de sentir, sino de decir, cuando todo se va cayendo, buscamos excusas e intentamos sostener por el mayor tiempo posible una realidad a medias, sin decir ni querer reconocer que la verdad es que no queremos más, o que nunca hemos querido. Pero no lo decimos, al contrario, después de una larga lista de razones posibles, además agregamos “pero siempre voy a quererte”. ¿Por qué no podemos decirlo, así de frente y tan fácilmente como cuando decimos te quiero?